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viernes, 19 de agosto de 2011

Galaxia alimenta a nube de gas de Universo primitivo

Las manchas Lyman-Alfa son uno de los objetos más grandes del cosmos que pueden alcanzar diámetros de cientos de miles de años-luz
como LAB-1, fue descubierta en el año 2000 y está tan lejos que su luz se ha demorado unos 11 mil 500 millones de años en llegar a nosotros (Foto: Especial ESO )
Sábado 20 de agosto de 2011 Redacción | El Universal00:30


Observaciones desde el Very Large Telescope de ESO detectaron que la fuente de poder de una mancha Lyman-Alfa, una rara y amplia nube de gas resplandeciente en el Universo primitivo,  proviene de una galaxia en su interior.
El equipo descubrió que la luz proveniente desde estas manchas es polarizada. En la vida diaria este tipo de luz se usa para crear efectos 3D en el cine. Esta es la primera vez que se descubre la polarización en una mancha Lyman-alfa, y esta observación ayuda a develar el misterio de cómo brillan las manchas.
"Hemos mostrado por primera vez que el resplandor de este enigmático objeto corresponde a luz dispersa que proviene de las galaxias brillantes escondidas en su interior, en lugar de provenir del gas a través de la propia nube brillante", explicó Mathew Hayes de la Universidad de Toulouse y autor principal del artículo que se publica en la revista científica Nature.
Las manchas Lyman-Alfa son uno de los objetos más grandes del Universo, son nubes gigantes de gas de hidrógeno que puede alcanzar diámetros de unos pocos cientos de miles de años-luz (unas pocas veces más grandes que el tamaño de la Vía Láctea), y que son tan poderosas como las más brillantes galaxias.
Suelen encontrarse a grandes distancias de modo que las vemos como eran cuando el Universo tenía sólo unos pocos millones de años. Por lo tanto, son importantes en nuestro entendimiento de cómo se formaron y evolucionaron las galaxias cuando el Universo era más joven. Sin embargo, la fuente de poder de su luminosidad extrema, y la naturaleza principal de las manchas, permanece sin ser resuelta.
La luz, en el fondo
El equipo estudió una de las primeras y más brillantes de estas manchas en ser encontrada. Conocida como LAB-1, fue descubierta en el año 2000 y está tan lejos que su luz se ha demorado unos 11 mil 500 millones de años en llegar a nosotros. Con un diámetro de unos 300 mil años-luz también es una de las más grandes conocidas y tiene varias galaxias primitivas en ella, incluyendo una galaxia activa.
Existen varias teorías que compiten por explicar las manchas Lyman-Alfa, pero las nuevas observaciones muestran que son las galaxias embutidas y no el gas arrastrado lo que propulsa a LAB-1.
El equipo probó las dos teorías para medir si la luz de las manchas estaba polarizada. Mediante el estudio de cómo la luz es polarizada los astrónomos pueden averiguar los procesos físicos que produjeron la luz o qué le ha pasado entre su origen y su llegada a la Tierra.
Si es reflejada o aislada se vuelve polarizada y este sutil efecto puede detectarse mediante un instrumento muy sensible. Sin embargo, medir la polarización de la luz desde una mancha Lyman-Alfa es una observación muy desafiante debido a su gran distancia.
"Estas observaciones no se podrían haber hecho sin el VLT y su instrumento FORS. Claramente necesitábamos dos cosas: un telescopio con al menos un espejo de ocho metros para captar suficiente luz y una cámara capaz de medir la polarización de luz. No muchos observatorios en el mundo pueden ofrecer esta combinación", agrega Claudia Scarlata, co-autora del artículo.
Los astrónomos ahora planean mirar muchos más de estos objetos para ver si los resultados obtenidos con LAB-1 son ciertos para las otras manchas.
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