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domingo, 12 de junio de 2011

La disputa por la Nueva Jerusalén

CREENCIA. La población michoacana se turna para realizar los rezos al interior del templo del Rosario y la Ermita, procurando que haya oraciones las 24 horas (Foto: ELLY CASTILLO EL UNIVERSAL )
Domingo 12 de junio de 2011 Elly Castillo Corresponsal | El Universal



MORELIA
Antes del 19 de febrero de 2008 entrar a la comunidad de la Nueva Jerusalén, ubicado en el municipio michoacano de Turicato, implicaba un riesgo para los visitantes ajenos al fervor religioso que ahí se vivía desde 1973, año de la fundación de la Ermita por parte del sacerdote Nabor Cárdenas Mejorada, conocido como Papa Nabor.
El lugar llegó a ser considerado un “estado de excepción” debido a que los servicios públicos no existían, además que el régimen de gobierno era similar al que después aplicarían los llamados “municipios autónomos zapatistas”, porque ni las corporaciones de seguridad podían entrar, y todos se regían bajo el sistema de “revelaciones divinas” emitidas por la Virgen del Rosario.
La asociación religiosa de la Santa Iglesia Católica Apostólica, Ortodoxa, Antigua y Tradicional de México se había encargado de reconocer y entronizar a Papa Nabor, aunque a la postre, en 2007, excomulgara al propio líder religioso.
En ese día de febrero, tras una larga agonía, Papá Nabor falleció de un paro respiratorio a los 95 años de edad, mientras era atendido en un hospital particular de Morelia.
Al momento de su deceso, la comunidad se encontraba al borde del enfrentamiento interno, debido a que dos grupos de pobladores se disputaban el control de la población: un bando liderado por el “ vidente” Agapito Gómez, quien era apoyado por elementos de la llamada “Guardia Celestial”, que eran las personas encargadas de atender a Papá Nabor.
Después de un tiempo, el “vidente” Agapito Gómez también falleció y su liderazgo fue asumido por el obispo San Martin de Tours, quien aún continúa al frente de la comunidad. Tanto Gómez como De Tours buscaban en un principio expulsar a los seguidores de Monseñor Santiago el Mayor, quienes se habían distanciado del núcleo principal al cuestionar la manipulación que hacían los líderes cercanos a su guía.
Tres años han pasado desde el deceso de Papa Nabor, tiempo en el que Francisco Zúñiga Coria, director de Asuntos Religiosos del gobierno de Michoacán, afirma que el estado de excepción de la Nueva Jerusalén se ha ido a la ruina poco a poco.
“Ya funcionan dos escuelas y una pequeña clínica de salud comunitaria. La gente se muestra más accesible, aunque mantienen algunas de sus costumbres, pero ya no observamos la ‘cerrazón’ de antes. Ahora, incluso la gente de la comunidad sale a trabajar a otros poblados y ya mantienen un intercambio cultural más abierto”, expuso el funcionario.
Antonio Herrera, investigador del fenómeno de la Nueva Jerusalén y quien la visita constantemente, comparte cómo es la vida actualmente en el lugar y explica que ambos bandos en pugna han diseñado horarios y actividades que evitan su cruce, y así eluden los roces.
“Si bien la gente tiene dogmas muy cerrados, empiezan a abrirse a nuevas experiencias como el captar turismo religioso o permitir un arribo masivo de visitantes extranjeros, esto siempre y cuando no cambien las reglas internas de la comunidad”, refiere investigador.
Da cuenta de los hábitos que aún prevalecen y que datan de la fundación del poblado: “Las mujeres no deben traer nada de joyería, no aretes no maquillaje ni vestidos cortos. Su vestimenta es de hábitos religiosos, divididos por colores según el culto al que están destinadas, ya sea la Virgen del Rosario o la Guadalupana, deben cubrirse el pelo siendo que el velo indica, según también su color, su condición de soltera, casadas o viudas, y sólo se deja ver el contorno de su rostro”.
Mientras que los hombres no pueden traer el pelo largo, no aretes, ni se les permite usar manga corta, usar sombrero de manera permanente, excepto al interior de los lugares de oración.
Toda la población se turna para realizar los rezos al interior del templo del Rosario y la Ermita, procurando que haya oraciones las 24 horas. A las mujeres les corresponde dicha labor durante el transcurso del día, en la tarde a los jóvenes, y en la noche toca a los hombres.
En tres horarios toda la comunidad está obligada a escuchar cuando menos una misa: a las cuatro de la mañana; a las 10 de la mañana y a las dos de la tarde.
No obstante, el investigador Herrera advierte: “Ya se notan que algunas cosas de la llamada modernidad empiezan a ser aceptadas. Por ejemplo, bajo ciertos permisos algunos pobladores pueden contar con televisión o radio, aunque ahorita son muy pocos”.
Actualmente cualquier visitante puede acudir a la Nueva Jerusalén, aunque todavía se encontrarán con algunas restricciones como el hecho de que a las seis de la tarde no puede permanecer ningún visitante, a no ser que solicite un permiso especial.

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