HARTAZGO. Ante el embate de organizaciones criminales coludidas con grupos talamontes, habitantes de Cherán, Michoacán, se declararon en estado de sitio para defender por sí mismos los recursos naturales del poblado (Foto: ALBERTO TORRES EL UNIVERSAL )Miércoles 11 de mayo de 2011 Elly Castillo/ Corresponsal | El Universal
MORELIA
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Mientras poblaciones purépechas se organizan para hacer frente a la delincuencia, el gobierno de Michoacán, a través de la Secretaría de Pueblos Indígenas, reconoció que hay 13 comunidades con conflictos similares a los que vive desde hace 26 días el municipio de Cherán. Poblados como Tingambato, Nahuatzen, Paracho y La Cañada de los 11 Pueblos figuran entre los “focos rojos”.
Alfonso Vargas Romero, titular de la dependencia, dijo que en la zona núcleo de la cultura purépecha hay brotes de tensión derivados de la defensa de los recursos naturales ante el embate de organizaciones criminales coludidas con grupos de talamontes.
En entrevista, destacó que desde la instancia gubernamental a su cargo se emitieron con suficiente antelación reportes de la situación que vivía Cherán, “pero se dejó crecer el problema”. Negó que se haya deslindado del conflicto al no participar en las mesas de negociación, pues, dijo, sólo ha acatado las indicaciones del gobernador Leonel Godoy Rangel.
Como alternativa de solución a la problemática latente, incluida la de Cherán, el funcionario indicó que es necesario dotar de autonomía a las comunidades indígenas, siendo un ejemplo de ello la instalación de la figura de la policía rural, por lo que exhortó al Congreso local a aprobar el proyecto de ley de Derechos Indígenas propuesto por la dependencia que encabeza, pendiente de legislar desde hace tres años y medio.
Los comuneros de Cherán se encuentran a la espera del arribo del Ejército, luego de que desde el sábado pasado comenzaron a llegar agentes de la Policía Federal para instalarse en tres puestos de control en las cercanías de la comunidad, la cual sigue atrincherada en medio de barricadas que contralan la entrada y salida de los pobladores, quienes mantienen su rostro tapado con paliacates y pasamontañas para evitar ser reconocidos.
“Aún estamos a la espera de que lleguen los militares a reforzarnos, pues para la defensa de los árboles requerimos de su apoyo, porque solos no podremos contra las armas de los delincuentes que apoyan a los talamontes”, expresó el líder comunero identificado como “José”, quien informa que los poblados vecinos de Nahuatzen y Paracho han manifestado el respaldo a su causa, la cual podría reflejarse con la suma de gente que colabore en las guardias montadas.
El domingo, la Convención de la Nacionalidad P’urhépecha, organismo que dice representar a las comunidades de esa cultura, informó en un comunicado que en la Tenencia de Acachuén, del municipio de Chilchota, se reunieron autoridades y dirigentes indígenas, con la participación de luchadores sociales, para acordar un llamado de unidad en la región purépecha.
El exhorto fue extensivo a las comunidades nahuas, mazahuas y otomís, que junto con los purépechas son las cuatro culturas indígenas asentadas en Michoacán. El organismo planteó la realización de una marcha para el próximo 19 de mayo.
“Sitios más delicados que Cherán”
“No quisiera alarmar a las comunidades ni ubicarlos ante la opinión pública por circunstancias de seguridad, pero tenemos cerca de 13 puntos rojos igual que Cherán, y sin duda gradualmente lo mismo estará sucediendo”, reconoció el secretario Vargas Romero.
Dijo que ha participado en mesas de negociación, pero que son indicaciones del gobernador “no estar en varias de ellas”. Mencionó que “en momentos álgidos” no se permite su presencia y que ha anticipado sobre estas problemáticas: “Hemos pasado informes al secretario de Gobierno, al mismo (gobernador) Leonel Godoy, de lo que puede ocurrir no sólo en Cherán”.
“Cherán ocurrió más rápido que en otros puntos delicados, en regiones como Tingambato, Nahuatzen, Paracho, La Cañada de los 11 Pueblos, el de Capacuaro, que son actores irresponsables en esta situación de Cherán”.
Aceptó que la vinculación del crimen organizado con talamontes data de tres años atrás. “Más o menos sí. Empezamos a observar cómo pasaba el libre tránsito de camionetas apoyados por vehículos con individuos armados”.
Ante pregunta expresa, acotó: “Ocurre esto porque no se entiende el asunto indígena y no se atiende conforme a la diversidad cultural. No puede aplicarse un sistema de justicia homogéneo porque son diversas las formas en que se rigen estas comunidades”.
Sugirió crear una policía rural, construir un sistema organizacional bajo los patrones de seguridad internos de cada comunidad, así como de los sistemas de impartición de justicia; “nada de Subprocuradurías de Justicia ni Ministerios Públicos”, aclaró.
Del conflicto en Cherán, acusó a líderes oportunistas de estar involucrados tratando de sacar beneficios políticos, aunque no dio nombres. Indicó la necesidad de que el Congreso local apruebe la propuesta de ley de Derechos Indígenas, la cual contiene garantías de autonomía y libre determinación, que contribuiría a resolver diversos problemas que padece la población indígena en el estado.
“La meseta se gobierna aparte”
El diputado federal Martín García Avilés (PRD), representante del distrito 7 de Zacapu, al que pertenece Cherán, señaló que la meseta purépecha “se gobierna aparte”. Enumeró de corrido las problemáticas de su distrito, que coinciden con los 13 “focos rojos” mencionados por el titular de la Secretaría de Pueblos Indígenas.
Ubicó en la posición uno al municipio de Tingambato, que como problema adicional tiene dos presidencias municipales: la “legítima” y la que constitucionalmente triunfó en las urnas; la primera no ha dejado de perseguir y obstaculizar a la segunda.
“El zapatismo está presente en todos lados de la meseta, en las piedras, en las bancas, en todas partes”, indicó el legislador. Justificó la solicitud de los comuneros de Cherán para que llegue el Ejército, pues existe “cariño a la figura militar de Lázaro Cárdenas del Río; los purépechas le llamaron ‘Tata’ (palabra de origen tarasco que significa papá), y siendo él general militar, hay respeto a la milicia”.
Afirmó que Paracho tiene tres comunidades con problemáticas idénticas de deforestación: Nurio (asentamiento zapatista), Urapicho y Cheranastico, estas últimas con estrictas reglas para admitir a extraños.
En Chilchota están Carapán, Uren y la propia cabecera municipal; en Nahuatzen, las comunidades de Comachuen, Arantepakua y Turicuaro; en Los Reyes, las rancherías de Cinco Santos y Pamatacuaro; mientras que en Uruapan se ubican Capacuaro y San Lorenzo, y Cocucho, en Charapan.
“Lo que se está viviendo en Cherán es el reflejo de la falta de aplicación de políticas públicas federales al tiempo que se dejó acumular el robo y saqueo de la madera, ya últimamente de manera descarada, aunque también hay que reconocer las quejas de que hay autoridades locales involucradas”, sintetizó el congresista.
A ocho días del arranque del proceso electoral local, para renovar las 113 alcaldías, 40 diputaciones locales y la gubernatura, la presidente del Instituto Electoral de Michoacán (IEM), María de los Ángeles Llanderal, externó que la situación en Cherán es motivo de atención del árbitro electoral.
“Estamos atentos de Cherán. Esperamos que haya pronta solución y esto no llegue a afectar el proceso. Seguiremos atentos a los acontecimientos”.
En tanto, “José”, el vocero de los comuneros de Cherán, sentenció: “Aquí empezamos a ver que los partidos políticos no sirven más que para dividirnos. No nos resuelven nada y nada más hacen que nos peleemos entre nosotros. Si seguimos así, la gente no dejará otra vez que se instalen urnas”.
La raíz de un problema
Cherán, en el noroeste de Michoacán, a 123 kilómetros de Morelia, es una de las comunidades más antiguas de la entidad, existente previo a la llegada de los españoles, quienes la denominaron como San Francisco Cherán, según fuentes históricas. Aunque su nombre significa “lugar de tepalcates” se conoce como “el lugar donde espantan”.
La extensión del municipio es de alrededor de 21 mil hectáreas, las cuales albergan bosque mixto con pino y encino, con algunos manchones de oyamel. Las decisiones en el lugar son tomadas en asambleas generales, que atiende una comisión de Bienes Comunales, ejerciendo influencia previamente en las discusiones.
Un cabildo —relacionado a la iglesia— fija las fiestas regionales tradicionales, que rigen el calendario anual de actividades, y tiene relación con los dos representantes del poder: el comisariado de bienes comunales y el presidente municipal, quienes están obligados a coordinarse con el cabildo.
La localidad cuenta con un número importante de médicos tradicionales, que ha dado renombre a nivel regional e incluso nacional. Hasta hace unos 30 años era la opción más cercana a los habitantes de la zona para obtener alivio a sus enfermedades. En este municipio se firmó la “Declaración de Cherán: en defensa de la Medicina Tradicional”, durante el Encuentro Regional de Médicos Tradicionales en 2002.
Una de las referencias del conflicto data de 1984, cuando se reconocen y titulan los bienes comunales por resolución presidencial, beneficiando a 2 mil 100 comuneros. Desde entonces, el padrón (mayoritariamente por hombres y sus familias) no ha sido modificado, pese al deceso de varios de ellos.
Basta con nacer en este lugar para adquirir derechos; sin embargo, actualmente la extensión total del territorio funciona bajo un sistema de propiedad privada, pues los predios están distribuidos. Los habitantes formalmente son comuneros a partir de los 18 años, a sabiendas de que no cuentan con terrenos comunales.
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Mientras poblaciones purépechas se organizan para hacer frente a la delincuencia, el gobierno de Michoacán, a través de la Secretaría de Pueblos Indígenas, reconoció que hay 13 comunidades con conflictos similares a los que vive desde hace 26 días el municipio de Cherán. Poblados como Tingambato, Nahuatzen, Paracho y La Cañada de los 11 Pueblos figuran entre los “focos rojos”.
Alfonso Vargas Romero, titular de la dependencia, dijo que en la zona núcleo de la cultura purépecha hay brotes de tensión derivados de la defensa de los recursos naturales ante el embate de organizaciones criminales coludidas con grupos de talamontes.
En entrevista, destacó que desde la instancia gubernamental a su cargo se emitieron con suficiente antelación reportes de la situación que vivía Cherán, “pero se dejó crecer el problema”. Negó que se haya deslindado del conflicto al no participar en las mesas de negociación, pues, dijo, sólo ha acatado las indicaciones del gobernador Leonel Godoy Rangel.
Como alternativa de solución a la problemática latente, incluida la de Cherán, el funcionario indicó que es necesario dotar de autonomía a las comunidades indígenas, siendo un ejemplo de ello la instalación de la figura de la policía rural, por lo que exhortó al Congreso local a aprobar el proyecto de ley de Derechos Indígenas propuesto por la dependencia que encabeza, pendiente de legislar desde hace tres años y medio.
Los comuneros de Cherán se encuentran a la espera del arribo del Ejército, luego de que desde el sábado pasado comenzaron a llegar agentes de la Policía Federal para instalarse en tres puestos de control en las cercanías de la comunidad, la cual sigue atrincherada en medio de barricadas que contralan la entrada y salida de los pobladores, quienes mantienen su rostro tapado con paliacates y pasamontañas para evitar ser reconocidos.
“Aún estamos a la espera de que lleguen los militares a reforzarnos, pues para la defensa de los árboles requerimos de su apoyo, porque solos no podremos contra las armas de los delincuentes que apoyan a los talamontes”, expresó el líder comunero identificado como “José”, quien informa que los poblados vecinos de Nahuatzen y Paracho han manifestado el respaldo a su causa, la cual podría reflejarse con la suma de gente que colabore en las guardias montadas.
El domingo, la Convención de la Nacionalidad P’urhépecha, organismo que dice representar a las comunidades de esa cultura, informó en un comunicado que en la Tenencia de Acachuén, del municipio de Chilchota, se reunieron autoridades y dirigentes indígenas, con la participación de luchadores sociales, para acordar un llamado de unidad en la región purépecha.
El exhorto fue extensivo a las comunidades nahuas, mazahuas y otomís, que junto con los purépechas son las cuatro culturas indígenas asentadas en Michoacán. El organismo planteó la realización de una marcha para el próximo 19 de mayo.
“Sitios más delicados que Cherán”
“No quisiera alarmar a las comunidades ni ubicarlos ante la opinión pública por circunstancias de seguridad, pero tenemos cerca de 13 puntos rojos igual que Cherán, y sin duda gradualmente lo mismo estará sucediendo”, reconoció el secretario Vargas Romero.
Dijo que ha participado en mesas de negociación, pero que son indicaciones del gobernador “no estar en varias de ellas”. Mencionó que “en momentos álgidos” no se permite su presencia y que ha anticipado sobre estas problemáticas: “Hemos pasado informes al secretario de Gobierno, al mismo (gobernador) Leonel Godoy, de lo que puede ocurrir no sólo en Cherán”.
“Cherán ocurrió más rápido que en otros puntos delicados, en regiones como Tingambato, Nahuatzen, Paracho, La Cañada de los 11 Pueblos, el de Capacuaro, que son actores irresponsables en esta situación de Cherán”.
Aceptó que la vinculación del crimen organizado con talamontes data de tres años atrás. “Más o menos sí. Empezamos a observar cómo pasaba el libre tránsito de camionetas apoyados por vehículos con individuos armados”.
Ante pregunta expresa, acotó: “Ocurre esto porque no se entiende el asunto indígena y no se atiende conforme a la diversidad cultural. No puede aplicarse un sistema de justicia homogéneo porque son diversas las formas en que se rigen estas comunidades”.
Sugirió crear una policía rural, construir un sistema organizacional bajo los patrones de seguridad internos de cada comunidad, así como de los sistemas de impartición de justicia; “nada de Subprocuradurías de Justicia ni Ministerios Públicos”, aclaró.
Del conflicto en Cherán, acusó a líderes oportunistas de estar involucrados tratando de sacar beneficios políticos, aunque no dio nombres. Indicó la necesidad de que el Congreso local apruebe la propuesta de ley de Derechos Indígenas, la cual contiene garantías de autonomía y libre determinación, que contribuiría a resolver diversos problemas que padece la población indígena en el estado.
“La meseta se gobierna aparte”
El diputado federal Martín García Avilés (PRD), representante del distrito 7 de Zacapu, al que pertenece Cherán, señaló que la meseta purépecha “se gobierna aparte”. Enumeró de corrido las problemáticas de su distrito, que coinciden con los 13 “focos rojos” mencionados por el titular de la Secretaría de Pueblos Indígenas.
Ubicó en la posición uno al municipio de Tingambato, que como problema adicional tiene dos presidencias municipales: la “legítima” y la que constitucionalmente triunfó en las urnas; la primera no ha dejado de perseguir y obstaculizar a la segunda.
“El zapatismo está presente en todos lados de la meseta, en las piedras, en las bancas, en todas partes”, indicó el legislador. Justificó la solicitud de los comuneros de Cherán para que llegue el Ejército, pues existe “cariño a la figura militar de Lázaro Cárdenas del Río; los purépechas le llamaron ‘Tata’ (palabra de origen tarasco que significa papá), y siendo él general militar, hay respeto a la milicia”.
Afirmó que Paracho tiene tres comunidades con problemáticas idénticas de deforestación: Nurio (asentamiento zapatista), Urapicho y Cheranastico, estas últimas con estrictas reglas para admitir a extraños.
En Chilchota están Carapán, Uren y la propia cabecera municipal; en Nahuatzen, las comunidades de Comachuen, Arantepakua y Turicuaro; en Los Reyes, las rancherías de Cinco Santos y Pamatacuaro; mientras que en Uruapan se ubican Capacuaro y San Lorenzo, y Cocucho, en Charapan.
“Lo que se está viviendo en Cherán es el reflejo de la falta de aplicación de políticas públicas federales al tiempo que se dejó acumular el robo y saqueo de la madera, ya últimamente de manera descarada, aunque también hay que reconocer las quejas de que hay autoridades locales involucradas”, sintetizó el congresista.
A ocho días del arranque del proceso electoral local, para renovar las 113 alcaldías, 40 diputaciones locales y la gubernatura, la presidente del Instituto Electoral de Michoacán (IEM), María de los Ángeles Llanderal, externó que la situación en Cherán es motivo de atención del árbitro electoral.
“Estamos atentos de Cherán. Esperamos que haya pronta solución y esto no llegue a afectar el proceso. Seguiremos atentos a los acontecimientos”.
En tanto, “José”, el vocero de los comuneros de Cherán, sentenció: “Aquí empezamos a ver que los partidos políticos no sirven más que para dividirnos. No nos resuelven nada y nada más hacen que nos peleemos entre nosotros. Si seguimos así, la gente no dejará otra vez que se instalen urnas”.
La raíz de un problema
Cherán, en el noroeste de Michoacán, a 123 kilómetros de Morelia, es una de las comunidades más antiguas de la entidad, existente previo a la llegada de los españoles, quienes la denominaron como San Francisco Cherán, según fuentes históricas. Aunque su nombre significa “lugar de tepalcates” se conoce como “el lugar donde espantan”.
La extensión del municipio es de alrededor de 21 mil hectáreas, las cuales albergan bosque mixto con pino y encino, con algunos manchones de oyamel. Las decisiones en el lugar son tomadas en asambleas generales, que atiende una comisión de Bienes Comunales, ejerciendo influencia previamente en las discusiones.
Un cabildo —relacionado a la iglesia— fija las fiestas regionales tradicionales, que rigen el calendario anual de actividades, y tiene relación con los dos representantes del poder: el comisariado de bienes comunales y el presidente municipal, quienes están obligados a coordinarse con el cabildo.
La localidad cuenta con un número importante de médicos tradicionales, que ha dado renombre a nivel regional e incluso nacional. Hasta hace unos 30 años era la opción más cercana a los habitantes de la zona para obtener alivio a sus enfermedades. En este municipio se firmó la “Declaración de Cherán: en defensa de la Medicina Tradicional”, durante el Encuentro Regional de Médicos Tradicionales en 2002.
Una de las referencias del conflicto data de 1984, cuando se reconocen y titulan los bienes comunales por resolución presidencial, beneficiando a 2 mil 100 comuneros. Desde entonces, el padrón (mayoritariamente por hombres y sus familias) no ha sido modificado, pese al deceso de varios de ellos.
Basta con nacer en este lugar para adquirir derechos; sin embargo, actualmente la extensión total del territorio funciona bajo un sistema de propiedad privada, pues los predios están distribuidos. Los habitantes formalmente son comuneros a partir de los 18 años, a sabiendas de que no cuentan con terrenos comunales.
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